lun. Jun 30th, 2025

Un antojo crujiente que tiñe los dedos

Quienes han probado estas populares frituras saben que es casi imposible comerlas sin dejar evidencia. El característico polvo naranja que se adhiere a los dedos es parte de la experiencia, un sello que muchos identifican como sinónimo de placer culposo. En puestos ambulantes o almacenes, es común encontrar grandes costales llenos de estas botanas de color naranja brillante, las cuales se venden en pequeñas bolsas con salsa y, en algunos casos, incluso con crema.

Aunque suelen llamarse simplemente “chetos”, no todos corresponden a la marca original “Cheetos”. Varias empresas producen versiones similares, vendidas a granel en dulcerías o tiendas de barrio. La base de estos productos suele ser siempre la misma: maíz, aceite y un sazonador que imita el sabor a queso u otros ingredientes picantes.

Ingredientes que brillan… pero no por su valor nutricional

Una de las marcas más conocidas en este mercado es “Botanas Beto”, que detalla en sus etiquetas que sus “chetos” están elaborados a partir de cereal de maíz, aceite vegetal comestible y sazonadores con sabor a queso, jalapeño o chile-limón. Sin embargo, no se especifica de qué está compuesto exactamente ese sazonador.

Por su parte, los Cheetos Torciditos, producto de la marca registrada, ofrecen más información en sus envases. En su lista de ingredientes figuran sémola de maíz, aceite vegetal, colorante amarillo ocaso FCF y un sazonador complejo que contiene leche, soya, cebada, harinas diversas y el famoso glutamato monosódico.

El glutamato: un viejo conocido

El glutamato monosódico sigue generando polémica. Según la Revista del Consumidor, este aditivo se utiliza para intensificar el sabor de los alimentos procesados, activando ciertas terminales gustativas en la lengua. En una publicación de julio de 2021, se detalló que su consumo puede estar asociado a efectos secundarios como dolor de cabeza, sudoración, ardor bucal, presión en el pecho y mareos.

Este aditivo no sólo está presente en los Cheetos, sino también en otros productos ultraprocesados, como las sopas instantáneas y ciertos sazonadores de pollo.

Harinas y azúcares ocultos

La fórmula de los Cheetos Torciditos también incluye componentes que, aunque no se perciben como azúcares, actúan como tales en el organismo. Según una investigación del Poder del Consumidor, el sazonador contiene maltodextrina, almidón modificado y harina de maíz, todos ingredientes que elevan rápidamente el nivel de glucosa en la sangre.

Altos niveles de sodio: una alerta silenciosa

Otro aspecto preocupante es el contenido de sodio. La Revista del Consumidor advierte que una bolsa de 240 gramos de Cheetos Torciditos contiene 1.600 miligramos de sodio, una cifra elevada considerando que la Organización Mundial de la Salud recomienda no superar los 2.000 miligramos diarios.

Además, a este valor hay que sumarle el sodio adicional que se consume al acompañar estas frituras con salsa, como la popular salsa Valentina, también señalada por su alto contenido de sal.